martes, 14 de julio de 2009

La pedantería del erizo/Muriel Barbery


Esto es una crítica un poco incendiaria sobre un libro que, al fin y al cabo, se deja leer. Creo que "La elegancia del erizo" es más un proyecto de libro que un libro en sí, y es que a pesar de que al final me ha gustado, no me gusta ni su estructura ni su pedantería. Click en seguir leyendo para ver mis comentarios al más puro estilo Rísto-Corintio.
Una muy buena idea, la inteligente portera camuflada en la mediocridad de su trabajo y la niña superdotada, alter ego juvenil de la misma, inmersas en el devenir de un barrio elegante de París entre la sociedad más snob. No obstante la autora se regodea en sus comentarios y reflexiones sin llegar a ninguna parte. En su afán por demostrar todo lo que sabe, plantea teorías y esquemas psicológico-filosóficos sin cerrar ninguno, haciendo que la lectura no sea fluida. Si me respondiese a esto la escritora diciéndome que pretende hacer pensar al lector le respondería sin dudarlo y con un deje arrogante en la voz que barruntar sus bolos alimenticios mentales no es hacer pensar, es dar datos, no plantear teorías. Su aplicación dentro del esquema de la novela no los justifica lo suficiente. Y a pesar de todo, al final de la novela, cuando plantea un desenlace y emerge de las brumas de la sabiduría más pop-culture en las que se había metido, parece arreglar en modo alguno el libro.

En definitiva, un libro que se deja leer, pero que no merece, a mi juicio, la fama granjeada.Si quereis dároslas de lectores profundos... aseguraros que la persona con la que habláis no ha leido el libro ni es verdaderamente inteligente (siento haberme sobrado, pero un libro tan pedante, merecía una respuesta así de tajante).



domingo, 4 de enero de 2009

Deal with me, people

Sé que este post probablemente sólo me interesará a mí pero... es mi blog, así que tendréis que aguantarme.


El caso es que el otro día fue el cumple de mi prima (que tiene tres añitos), y mi madre decidió comprarle, además de un juego de té, una película. Cuando me preguntó cuál, mi respuesta fue:
—No sé, 101 Dálmatas, o algo así.
Ésta película es un placer no-tan-culpable mío (¿y por qué debería serlo? Es una peli genial), y hace un tiempo estaban promocionando una edición especial.
Entonces me acordé de la obsesión de dicha prima con las princesas Disney, así que cambié de idea.
—¿Sabes qué? Olvídalo. Mejor La Bella y la Bestia o La Sirenita.
Al final mi madre llegó toda contenta con La Sirenita envuelta. No pasa nada, sin rencor. Cualquier película Disney es un buen rega
lo. En serio, si no fuese porque Úrsula me daba miedo la hubiese visto mucho más cuando era pequeña. Es más, recuerdo el momento en la que el cocinero persigue a Sebastián por la cocina como una de mis escenas favoritas de mi infancia. De verdad, está bien. Mientras hayas traído la película correc...

Oh.

Cuál fue mi sorpresa cuando, después de que mi prima decidiese abrir la película de una vez (nota mental: a los niños de tres años les gustan más los juegos de té), descubrí que, al parecer, le habíamos regalado La Sirenita: El Origen de Ariel. Consternada le murmuré a mi madre entre dientes.
—Creía que le íbamos a regalar La Sirenita.
—Esa es La Sirenita.
No. Te aseguro que no lo es.
En serio, hasta que no le puse la portada en los ojos y le subrayé con el dedo las palabras "El Origen de Ariel", no se dió cuenta. Al instante intervino mi tía.
—Bueno, no pasa nada... Será bonita también, ¿no?
—No lo sé —contesté malhumorada—. No la he visto.

Revelación.
¿Qué nos pasa, gente? ¿En qué momento dejamos de ser tiernas terneras para convertirnos en viejas vacas? ¿Qué ha ocurrido? Pues bien, yo pienso levantarme, alzar mis cuernos orgullosamente, y decir "¡No!", y enfrentarme a esta sociedad que olvida su infancia con tanta facilidad, y frunce el ceño cuando alguien mayor de quince años sigue viendo "películas de dibujos".
(Mayor de quince años humanos, se entiende. Los años bovinos se miden de otra manera mucho más compleja, y si encima eres mutante, ya ni te digo.)

En fin, que ayer vi La Sirenita: El Origen de Ariel
y he hecho una review bastante absurda.


sábado, 27 de diciembre de 2008

¡Que alguien me traiga una corbata, y, por lo que más quiera, que sea roja!


Ayer fui a ver The Spirit al cine.



Después de haber visto Sin City y 300 esperaba encontrarme otro tanto más de lo mismo. ¿Fue así? Bueno... en cierto grado.
Si bien es verdad que la película lleva la estética marca de la casa (Casa Miller, en concreto), en esta ocasión es Frank Miller quien dirige el cotarro. Y sin Zack Snyder o Robert Rodriguez cogiditos de la mano.
Debo confesar que nunca he sido fan de Sin City (aunque tengo que verla otra vez, lo cual puede cambiar las cosas), por lo que no voy a hacer comparaciones. Sin embargo, 300, con todos sus fallos, me gustó.

domingo, 30 de noviembre de 2008

Desde el establo sideral


Y es que de establos va la cosa... Gente que venimos de diferentes planetas y nos encontramos en la Tierra con tantas y tantas cosas de las que no podemos dejar de sorprendernos. Esto es lo que todos estabais esperando, un lugar que ponga orden en el caos, luz en la oscuridad; sí, este es vuestro sitio: el establo sideral...